ÉTICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL:

Realidad del Entorno Empresarial






Desde los estudios de la iluminación en los obreros, hasta la psicología de las organizaciones, la administración de empresas ha aprendido por experiencia a ejercer con una gerencia humanizada, cooperar a la construcción de un entorno social saludable, presto al desarrollo económico de la región, sin necesidad de una ruta u objetivos corporativos, siendo este un ejercicio que compromete una sistema más complejo de beneficios, como el clima organizacional o el sentido de pertenencia por parte de los colaboradores.

La promoción de la ética y principios corporativos, obliga a las organizaciones a diversificar sus estrategias en el tratamiento de capital humano, los incentivos financieros, aunque efectivos, pasan a un segundo plano, cuando se trata de inversión en proyectos sociales que tiene aún mayor impacto tanto negativo como positivo, razón por la cual algunas empresas se excusan de mantener un sistema de responsabilidad soso y poco colaborativo.

Las posibilidades de fortalecer las alianzas y la relación con el público, son consecuentemente una forma indirecta de renombrar la marca sin necedad de ser invasivo publicitariamente, brindar un mensaje coherente con las actividades de la compañía, además de con la propia economía que se supone trabaja en razón de satisfacer las necesidades del ser humano y no centrarse solamente en crear más necesidades, si no de comprometer el verdadero significado de la interacción del sistema económico con las sociedad y propiamente la civilización, formando una estructura sustentable y sólida que dé respuesta a dicha agrupación.

Por lo tanto, las empresas que invierten tiempo y dinero en un sistema de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), que a fin de cuentas les beneficia mucho más de lo que se piensa, un buen nombre, mayor participación y sentido de pertenencia, competitividad, relaciones e inversiones externas, entre unos pocos beneficios, por lo que la responsabilidad hace gala de una serie de objetivos con los que conseguir dichas ventajas.

Ahora bien, el marco ético económico de la empresa moderna, el cual expone dos conceptos totalmente distintos sin ninguna relación aparente, como lo es la ética y la economía, para la percepción de las empresas, estas funcionan en pro de sostener una relación unánime, en la que una no pueda funcionar sin la otra.

Las empresas como instituciones sociales, están ligadas sin importar que tan automatizadas se encuentren, a las realidades sociales del hombre, es decir, todas y cada una de sus partes tienen influencias humanas, dicho argumento somete así la ética y moral, por demás, aplicada en sus actividades, con el fin de brindar una economía sana sin afecciones secundarias a las necesidades de largo plazo del hombre.




De esta forma es visible el capitalismo violento de las empresas modernas, principio básico, que ha cambiado con el paso del tiempo, dado el consumo y las estrategias de los monopolios, ciertos movimientos demasiado rígidos pueden comprometer la integridad de una empresa y verse puesta en la quiebra por el público, las redes sociales, de las que se hablaran más adelante, son ejemplo de las fuerte disrupción que puede tener el consumidor de las empresas en cuestión de segundos es una tema de discusión global, no solo económico, sino político y social.

Las empresas aprendieron desde la supervivencia a destinar principios éticos coherentes con las necesidades y objetivos de la entidad, dejando a un lado la base del capitalismo y asechando la responsabilidad como un aliado necesario en la sustentabilidad de las marcas, de esta forma es concebible que el Post-capitalismo sea un movimiento en tendencia o almenas una innovación continua benéfica desde la perspectiva humanitaria.

Resulta fundamental la atención en diversificar la dirección y estrategia de las empresas, con ello no se trata de diseñar un apartado que extienda soluciones en la RSE, si no integrar dentro del organigrama la dirección suficiente para hacerlos efectivos, las organizaciones deberán encargarse externa como internamente de promover valores y principios corporativos adecuados, marco ético económico del cual se hace referencia, siendo racional desde las preceptivas dadas, dependientes uno del otro para su corrupto funcionamiento.

En cuanto a las realidades sociales, existen un sin número de problemáticas que acomplejan la materialización de la ética en las empresas, sobre todo en la cultura y el manejo del capital humano, creencias, tradiciones o dogmas que interfieren de diferentes formas y con diferentes percepciones según la región a evaluar.




Es mucho más difícil y atenuante conseguir la colaboración de los miembros de la empresa, algunas dificultades incluso reposan sobre la desconfianza del empresario, quienes no creen tener la convicción para promover este tipo de valores o no tienen el conocimiento para hacerlo, cierto es que la complejidad con la adquisición de modelos solidarios, compromete gran parte del capital humano de trabajo, dinero y sobre todo tiempo en los resultados, por lo que se convierte en una apuesta a largo plazo difícil de medir sus beneficios, razón por la cual en la realidad es vista como una utopía que pocos se atreven a indagar.

Los programas sociales básicos y mínimos de la ley, son mediocres, pues su único fin es cumplir con la norma, no existe un verdadero compromiso con la mejora de la actuación con el público, siquiera un sentido empático, tratándose de empresas que tiene impacto ecológico negativo y que deben de ganar confianza descifrando nuevas formas de hacer capital sin abolir practicas poco sustentables, aunque tengan los mejores programas si el impacto negativo es mucho mayor el positivo, sigue sin tener un ejercicio coherente a los objetivos solidarios pretendidos, dificultades en cuanto la proyección de dichos programas, penen en duda su responsabilidad moral.

Otras dificultad retoma la integridad de los directivos o lideres encargados de la gestión de programas sociales o de RSE, el seguimiento y control es de gran importancia en cualquier proceso de la empresa, sin embargo existen infinidad de casos en lo que recursos destinados a actividades de impacto positivo, en términos generales, se conviertan en minas de corrupción, dadas las situaciones varias que podrían presentarse, ser demasiado flexibles y poco diligentes somete que algunos mandos medios redirecciones el financiamiento y terminar por perjudicar los efectos que este podría tener.

El liderazgo empresarial y la ética direccional como nuevas formas de hacer gestión, conceden un espacio importante para los principios y valores dentro de la toma de decisiones en las organizaciones, conducta social que debe ser ejemplar desde los altos mandos hasta la parte operativa base de la estructura orgánica, siendo procedente administrar principios cooperativos coherentes y loables en todas sus prácticas o movimientos, pues en las empresas modernas en cada protocolo, instructivo, herramienta, proceso, entre un largo etcétera, debe estar sostenido de una ética y moral inflexibles, que identifique la dirección de la organización; ejercicio integro que va de la mano con la aplicación de la RSE.

En este punto no solo se trata nuevamente de atender a la norma, si no de entregar significado ético al liderazgo empresarial, no es posible abandonar en ningún momento los principios de la entidad, la justa directiva y altos mandos toman una ruta, un plan con el cual desean distribuir todo su esfuerzo en diferentes objetivos, visión y misión, que deben de responder a estos principios y difundir un mensaje claro al público.

Es posible destacar los pensamientos de Marx sobre el empresario del siglo XIX o de Taylor, dos grandes influencias del emprendimiento moderno, ambos autores indagan acerca de la motivación entusiasmo y el ambiente de los colaboradores, proyectando desde el liderazgo, afectos éticos que permiten visualizar estas situaciones, diversificar la dirección sin etiquetas, ser flexibles en la toma de decisiones y rígido con los principios corporativos, motivando de forma directa el rendimiento y las habilidades con las que obtener resultados mucho más eficientes en términos de optimización y/o calidad.



Toda la organización debe tener sinergia con los objetivos institucionales, por dicha razón el catalogar algunos objetivos para el bienestar de los colaboradores, no solo financieros, si no en especie, resulta en el dominio de sus tareas y explotación bilateral de habilidades, sienten el compromiso por su beneficio y acuden a una mejor y mayor participación de sus responsabilidades, pues no solo están trabajando para enriquecer a otros, sino también por el provecho de una bonificación.

Finalmente es entendible que la alta gerencia o los administrativos, no tengan fundamentos sobre filosofía, psicología, sociología o alguna ciencia a fin, pues el deber ser de un generante es desenvolverse en territorio económico y gerencial, propiamente dicho, existe entonces el concepto de asesoría, en el que podría apoyar estas indispensables tareas, pero aún mejor sería la incursión de especialistas dentro de la oficina de recursos humanos, aunque los dos medios están bien logrados, el segundo resulta mucho más inmediato y eficiente a la hora de crear clima organizacional, estrategias de RES adecuadas y sobre todo un perfil mucho más humano de la institución.

La capacitación continua y el seguimiento a los perfiles consta de la asociación de la planta de personal a una auditoria contante, según la forma de ver, escoge experiencias y capacidades útiles que deben mejorar los colaboradores para lograr ser más eficientes, pero con la motivación adecuada, para no herir la susceptibilidad de los mimos, aun así, les prepara para las exigencias éticas del entorno y los mercados.

Es decir que la vinculación de multidisciplinar de profesionales en carreras afín de la psicología humana, asegura una mejor respuesta de los colaboradores a las exigencias de la empresa, además de poder incrustar su modelo de principios corporativos en la aplicación autónoma de los valores, siendo cada colaborador independiente, un representante de la organización, por lo tanto el personal con la institución deben ser complementario y viceversa, con el motivo de los principios básicos de acción.

Con un campo de estudio muy amplio, la ética hace reflexionar el sistema económico y empresarial en su totalidad, si es que conserva o no sus valores y como poder aplicarlos en una realidad de cada industria, pues ninguna estrategia sería similar a la otra, algunos tienen respuestas más significativamente más obvias, la moral por su parte evalúa el rendimiento de estas decisiones puestas en práctica, si son prudentes a su razón social y sustentables, dado que frecuentemente las organizaciones tienen programas solidarios perecederos, que pretenden funcionar un determinado periodo de tiempo, sin embargo es mucho más rentable mantener programas que sobrevivan a las variaciones.




Es importante aclarar que la poca convencionalidad que atiende la ética y conceptos ajenos sobre la economía no es igual, pues con efectos puestos en la RSE, se esperan resultados cualitativos difíciles de diferenciar o medir en cuanto a cambios, impacto o eficiencia, a diferencia de los ya acostumbrados elementos cuantitativos, que si permiten una apreciación de los resultados, aunque este último es muy perecedero, los cambios cualitativos especialmente en la cultura organizacional, regularmente son perpetuos o bien duraderos.

Algunos autores exponer la ética y las Responsabilidad Social Empresarial, como algo sencillo y fácil de lograr, cierto es que los protocolos muchas veces no suponen mayores recursos, pero el manejo y materialización de su haber, es bastante complicado a razón de la propia relación con la humanidad, extender este tipo de propiedades del cambio cultural es bastante difícil, aunque tiene ventajas al focalizar un grupo pequeño como los son las organizaciones, ciertamente es una tarea compleja que requiere tiempo y dedicación, aunque sus benéficos en comparación son igual de relevantes para las empresas.

En conclusión, la ética y moral dentro de las intuiciones juegan un papel fundamental en construcción de nuevas perspectivas y horizontes, la mayor cobertura que puede tener una organización en el mercado y como formar parte de la civilización como institución social, por otra parte el individuo mejora sus capacidades sociales, las cuales son regularmente la base del éxito, habilidades y herramientas que son útiles en cualquier época y situación, efectos de impacto importante para la posición de marca y supervivencia de las industrias que compiten bajo el principio del capitalismo salvaje, finalmente corresponder al beneficio del entorno es una estrategia además de loable, es asegurar una ganancia ilimitada.

Bibliografía

Cortina, A. (2008). Ética de la Empresa, Claves para  una nueva cultura. Editorial Trott.

Presentado Por: Carlos Andrés Ortiz   y Miryam Dayana Mendivelso Chaparro

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